Nací en Italia y me crie en Venezuela. Crecí con ese gen latino donde hablas con todo el mundo aunque no los conozcas, las reuniones así sean de cuatro personas se convierten en fiestas, donde siempre hay espacio para el humor y las playas son de arena blanca y agua calentita.
Viví varios años en Estados Unidos, entre New York y Austin, una experiencia increíble que me hizo crecer mucho tanto personal como profesionalmente. Tuve la suerte de conocer muchas personas que aún conservo hoy día como mis amigos pero siempre sentía que me faltaba algo.
Una mañana mientras ojeaba un viejo diario (siempre me ha gustado escribir) me di cuenta que en cada página hablaba del mar, de la naturaleza, de los atardeceres que se pierden en el océano, las caminatas por la selva, las estrellas.
Estaba viviendo una realidad que no me correspondía y que era hora de seguir mi sueño.
Así comencé a buscar opciones en internet. A los pocos días había conseguido mi lugar.
Bocas del Toro, una isla del caribe Panameño. Nunca había visitado Panamá y no conocía a nadie, pero las ganas de volver a sentir la arena debajo de mis pies, estar rodeada de naturaleza y sobretodo no tener que usar una chaqueta de invierno más nunca me dieron el valor de despegar.
Comencé a hacer mis preparativos, salí de todas mis pertenecías y reduje mi vida a una maleta, solo lo necesario.
Hace ya cinco años que vivo en Bocas del Toro y lo que para muchos al principio pudo parecer una idea alocada es hoy día la vida con la que siempre soné.
Mientras escribo estas palabras me recuerdo a mí misma que cuando sigues tu corazón, las cosas comienzan a fluir. Todo se pone exactamente donde va y cada pieza encaja porque estas en el camino de la verdad.
Conocí a mi esposo poco después de haberme mudado aquí, en un viaje a Venezuela de visita a mis padres.
Juntos abrimos un Bed&Breakfast en un palafito sobre el mar y hemos tenido la oportunidad de ser independientes y desarrollar nuestro propio proyecto.
Quién sabe si este será el lugar donde viviremos por el resto de la vida, pero por ahora es el lugar que llamamos casa.
Y lo más hermoso de mi vida, también lo hicimos juntos. Nuestro adorado hijo, Gael.
Desde que quede embarazada comencé una búsqueda constante sobre que esperar durante el embarazo, como prepararse para el parto, la crianza.
Y así descubrí lo bonito de poder encontrar apoyo de otras mamas. Por esta razón decidí armar este blog. Para formar parte de este grupo de madres asombrosas que dedican sus vidas al bienestar y educación de sus hijos pero sobretodo de lograr que juntas tengamos más información y podamos sentirnos empoderadas y decididas a actuar siguiendo nuestro instinto.
Somos madres, por naturaleza.
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