Desde que comencé a practicar yoga sentí un cambio total en mi vida. El yoga es una práctica personal. Esta práctica une la respiración con el movimiento y nos hace así más conscientes sobre nuestro cuerpo y nuestra mente.
Durante el embarazo experimentamos muchos cambios en nuestros cuerpos, tanto a nivel físico como emocional. Nos estamos preparando para ser madres y nos sentimos vulnerables ante la intriga de cómo será esta nueva etapa. Nuestro cuerpo se va ajustando para abrir espacio para este ser que está creciendo dentro de nosotras y así cada trimestre experimentamos nuevos síntomas, nauseas, sueño, dolor de espalda baja, hinchazón en las piernas, dolor de cabeza, en fin cada trimestre tiene lo suyo.
La práctica del yoga durante el embarazo es muy eficaz y trae muchos beneficios.
Personalmente sentí que me ayudó mucho el hecho de ser yogui durante el embarazo, tanto en los meses de gestación como al momento de dar a luz e inclusive en la recuperación tras el parto.
Hice mis prácticas como de costumbre durante todo el embarazo. A medida que mi cuerpo fue cambiando fui ajustando mis posturas y así fui encontrando lo que mi cuerpo necesitaba, escuchando mis necesidades, incorporando a mi hijo a las prácticas, imaginando su carita y sonriendo cuando me salía de una postura por perder el balance.
Me dedique a meditar, cosa que no hago mucho de costumbre. Con la meditación, sentía que podía comunicarme con Gael, hablarle, guiarlo para que se colocara en posición, para que juntos pudiéramos tener el parto natural con el que siempre soñé.
Con la práctica del yoga aprendes a identificar cual parte de tu cuerpo necesita más atención, aprendes a vivir el momento presente, aceptar los cambios, creer en ti misma, respirar conscientemente, fluir, estirar y sobretodo tener paciencia. Te prepara física y mentalmente para que sepas como responder ante las situaciones que se presentan en la vida.
El parto es vida. La vida es movimiento. El parto también es movimiento por eso la importancia de mantenernos activas durante el embarazo.
Movimientos sutiles, movimientos de amor, movimientos conscientes.
Algunas de mis posturas favoritas durante el embarazo fueron:
Balasana o Postura del niño
Gato y Vaca
Postura del pichón
Malasana